No hace tanto, para inspeccionar una obra había que andar entre andamios, subir a cubiertas o meterse en zonas bastante delicadas. Hoy, eso ha cambiado. Los drones para inspección de obras se han convertido en una herramienta casi imprescindible. Y no es por moda, ni por postureo tecnológico. Es porque funcionan. Aportan agilidad, seguridad y una visión más precisa de todo lo que ocurre en el terreno.
Cada vez más profesionales del sector —desde constructoras hasta ingenieros o arquitectos— los están incorporando a su día a día. Porque lo que antes requería varios pasos, ahora se puede resolver en uno solo (y desde el aire).
Qué ventajas traen los drones a una obra
Es fácil entender por qué su uso está tan extendido. No solo ahorran tiempo, también ayudan a prevenir errores y a trabajar con más claridad. Algunas ventajas concretas:
Llegan a donde nadie quiere (o puede) ir
Zonas altas, estrechas o directamente peligrosas. Los drones permiten inspeccionar sin exponer a nadie. Una cubierta mal asentada, un talud inestable, un puente… todo se puede revisar con detalle, sin poner en riesgo al personal.
Menos tiempo, menos gasto
Un vuelo planificado puede cubrir una superficie enorme en muy poco tiempo. Antes, eso implicaba horas de trabajo, desplazamientos, medidas de seguridad… Todo eso se reduce bastante. Y con ello, también los costes.
Datos que se pueden usar de verdad
No es solo cuestión de sacar fotos. Los drones generan mapas, modelos 3D, vídeos comparativos o incluso nubes de puntos. Y todo esto se puede conectar con herramientas como BIM o GIS. En resumen: datos útiles, visuales y al momento.
Mejora real en el control de calidad
Cuando se pueden comparar imágenes de distintos momentos, es mucho más fácil detectar errores. Si algo no encaja con el plano, se ve. Si hay una desviación en una ejecución, se corrige antes de que sea un problema serio.
Seguridad laboral reforzada
No tener que enviar a un técnico a una zona peligrosa ya es, de por sí, una mejora. Si el dron lo puede hacer por él, ¿para qué arriesgar? Esto ha reducido bastantes accidentes en obra, y eso también es una ganancia.
Seguimiento visual del avance
Una cosa es lo que dice el cronograma, y otra lo que se ve sobre el terreno. Con vuelos periódicos, se puede hacer ese seguimiento visual tan necesario. Ver cómo cambia la obra con el tiempo ayuda a detectar retrasos o desajustes antes de que sea tarde.
Ahora bien… no todo es tan sencillo
Como ocurre con casi todo, los drones para inspección de obras también tienen sus “peros”. No son una solución mágica, y hay que tener en cuenta ciertos factores si se quiere usarlos bien.
El clima manda
Si llueve, hay viento fuerte o la niebla no levanta, el dron se queda en tierra. No es lo ideal, pero es así. Por eso, en según qué zonas o épocas del año, hay que tener planes alternativos.
No se pilotan “de serie”
Hace falta una certificación, conocer bien el equipo y, por supuesto, saber cómo tratar la información que se recoge. No es simplemente volarlo y ya. Hay que saber interpretar y aplicar lo que captan.
Algunas limitaciones técnicas
Baterías que no aguantan tanto como se esperaba, interferencias de señal, fallos en el GPS… Todo eso puede pasar. Incluso cosas más básicas, como polvo en suspensión o poca luz, pueden afectar la calidad del material.
No son baratos al principio
El equipo cuesta, sí. Pero también el software, la formación, los seguros, las autorizaciones… Todo suma. Aunque a medio plazo compensan, hay que estar preparado para esa inversión inicial.
Y luego está lo legal
Grabar imágenes en una zona cercana a viviendas puede suponer un problema de privacidad si no se actúa con cuidado. Y, por supuesto, hay que conocer la normativa al detalle. Lo último que se quiere es una sanción por algo que se podría haber evitado.
Qué dice la normativa, tanto en Europa como aquí
El uso de drones está regulado desde hace tiempo. Y con razón. Lo que hace unos años era un terreno algo difuso, hoy tiene reglas bastante claras.
A nivel europeo
Desde 2021, el Reglamento (UE) 2019/947 y el Reglamento Delegado (UE) 2019/945 marcan tres categorías principales:
- Abierta: bajo riesgo, sin autorización previa.
- Específica: riesgo medio, requiere evaluación de seguridad.
- Certificada: operaciones de alto riesgo, como transporte de personas o mercancías peligrosas.
En inspección de obras, lo normal es que se opere en categoría específica, así que hay que cumplir ciertos requisitos.
Normativa española
El Real Decreto 517/2024, vigente desde junio, recoge las adaptaciones para España. ¿Qué implica?
- Registro del operador en AESA.
- Seguro de responsabilidad civil (obligatorio).
- Certificación del piloto remoto.
- Estudio de seguridad y manual de operaciones, si se trata de categoría específica.
Además, cuidado con las zonas restringidas: espacios CTR, núcleos urbanos o zonas con protección especial tienen sus propias condiciones.
En qué tipo de obras se usan
Se han vuelto habituales en muchos tipos de proyecto. No hace falta estar en una obra gigantesca para que sean útiles:
- Viviendas y edificios: control de fachadas, documentación del avance, inspecciones visuales.
- Infraestructuras: desde carreteras hasta embalses o líneas ferroviarias.
- Proyectos energéticos o telecomunicaciones: revisión de instalaciones, torres, placas solares, aerogeneradores…
- Saneamiento o redes subterráneas: zonas con difícil acceso que se pueden revisar desde arriba.
Lo importante aquí es su versatilidad. Pueden adaptarse a muchos tipos de entorno.
Qué llevan “dentro” los drones
Según el uso, se montan con distintos sensores o cámaras. Lo más frecuente:
- Cámaras RGB: alta resolución para mapas, vídeos o imágenes técnicas.
- Térmicas: detectan calor, humedad o filtraciones invisibles a simple vista.
- LiDAR: generan modelos 3D muy detallados.
- Multiespectrales: útiles para analizar materiales o vegetación.
Todo eso se cruza luego con herramientas como BIM. Así se tiene una fotografía más completa del proyecto, tanto visual como técnica.
Y para que todo esto funcione…
Hay que hacerlo con cabeza. No es solo volar un dron y ya está. Algunas prácticas básicas que ayudan bastante:
- Planificar bien cada vuelo.
- Revisar si se necesita permiso según la zona.
- Comprobar el equipo antes de despegar.
- Tener claros los protocolos si algo falla.
- Analizar los datos con calma y herramientas adecuadas.
- Y seguir formándose, porque todo esto avanza rápido.
En Construcciones Armalutx creemos en construir bien, con tecnología útil
En Construcciones Armalutx, como constructora en Mallorca, llevamos tiempo apostando por herramientas que mejoran el trabajo, no que lo compliquen. Los drones forman parte de ese enfoque. Nos ayudan a supervisar con más precisión, a reducir riesgos y a cumplir plazos sin perder calidad.
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